domingo, noviembre 11, 2018

Maratón New York 2018

El pasado domingo acabé mi maratón número 36 y por segunda vez en Nueva York. Un día estupendo después de una semana muy larga.

Contentísimo con mi medalla
Semana que empecé el domingo anterior en Valencia, corriendo la Media Maratón en al que se batió el record mundial. Quizá no fue lo más recomendable pero tenía que estar en Valencia para una comida de celebración en la escuela de ingenieros donde estudié y no podía dejar pasar la ocasión de correrla y acompañar a algunos amigos y a mi hermano. Al fin y al cabo me tocaban 20 km. Dia y recorrido excepcional para correr. 1h39'02'' no esta mal teniendo en cuenta que salí casi de paseo, aunque apreté los últimos 5 kilómetros. Probablemente, un cansancio que me pude haber ahorrado, pero como estoy en esto por el disfrute no me arrepiento en absoluto.

Camino de la salida de la media de Valencia
 No cogía el vuelo a Nueva York hasta el jueves por lo que el trabajo me obligó a una de mis habituales visitas a Londres, y allí en uno de mis sitios favoritos para correr, Regent's Park y alrededores  (en las últimas maratones creo que he entrenado más allí que en la Casa de Campo) hice uno de mis últimos rodajes.

Foto del inicio de la preparación, todavía verano, en uno de mis sitios favoritos: Regents channel towing path 
Y con el tiempo justo para cambiar la maleta, y con mucha ilusión, camino de la gran Manzana. Primer día rodaje suave por Central Park y visita a la Feria del Corredor. En la feria, la verdad no encontré grandes novedades  (cada día las ferias en España son mejores) aunque no pude evitar dejarme un buen dinero en el stand de New Balance (patrocinador del maratón) no sólo en los típicos guantes, gorras de recuerdo sino en un cover hecho con materiales de manta térmica extremadamente ligero y calentito (la verdad que promete).

En la Feria del corredor
En los siguientes días, rodaje suave por Central Park, musical, NBA y mucho patear esperando que la lluvia nos respetase el día del maratón.

Rodaje mañanero por Central Park
El día del maratón amaneció despejado y fresco, como a mi me gusta. En esta ocasión, la veteranía es un grado, en la zona de cajones y espera no pase frío ya que iba equipado con todo tipo de ropa vieja para tirar. Salida en la primera oleada y por encima del Puente de Verrazano, en una imagen que no se te olvida nunca: canto del himno americano, pasada de helicópteros en formación, cañonazo y New York, New York de Sinatra.

Ya en el cajón de salida con el Puente de Verrazano al fondo
 No me había marcado un objetivo claro (probablemente debería haber preparado mejor mi estrategia de carrera), pero mi objetivo estaba en una horquilla entre 3:30 y 3:45 dependía de cómo me encontrase.

La salida te hace volar y empezar más rápido de lo que toca pero es imposible controlar la emoción. Desde el primer momento me doy cuenta que las sensaciones están muy lejos de la excelentes sensaciones que había tenido en Valencia. Por Brooklyn intento regular mi ritmo, y con una parada en los baños, voy estabilizando. Increíble animación, pero no recordaba que rompepiernas era esta zona. Al llegar a Queens decido aflojar poco a poco para tratar de regular y evitar un derrumbe al final.

Paso por el puente de Queesboro, que en primera participación fue mi sepultura, con bastante buen ritmo y ánimo. De ahí al final, tratando de regular el cansancio que me llega pero sin perder en ningún momento la cabeza. En el Bronx calculo que mi tiempo final estará entre 1:40 y 1:45. En mi interior surge el objetivo de igualar/batir mi tiempo de hace 7 años (3:42).

Quinta avenida, Central Park, sprint final y 3:42:50. Contento con la maratón, y con el hecho de ser sólo 27'' más lentos que hace 7 años y con 3 kg más.


Ya con el poncho pero con una sonrisa imborrable