lunes, marzo 23, 2009

Oración

Los pensamientos mientras corremos forman parte de nuestra intimidad más profunda. Pensamos en nuestras cuitas cotidinas o simplemente tomamos consciencia de nuestro cuerpo. En otras ocasiones, el cansancio nos aborda y con el desaparecen los pensamientos conscientes y tratamos de gestionar nuestro subconsciente para evitar las sensaciones negativas.

Este domingo viví una situación muy especial que no puedo dejar de relatar. Me esperaban por delante 20 km a ritmo cardiaco suave, la mañana soleada invitaba a gozar del día, por lo que trace mi recorrido que incluia llegar hasta Sant Medir disfrutando de la naturaleza.

Los kilometros pasaron con tranquilidad y mis pensamientos deambulaban de uno a otro, y durante ese camino recorde la controversia que las declaraciones de Benedicto XVI sobre el uso de los preservativos en Africa y mis pensamientos giraron entorno a mis dudas. Culturalmente y por fe siempre me he sentido catolico, pero conforme me hago mayor me resulta dificil asumir sin más determinados principios morales o quizas simplemente la creencia de que pronto la neurología nos dará la luz sobre la existencia del alma me siembran en un mar de dudas. Dudas que contrastan con mi firme creencia de la necesaria existencia de Dios.

Entre estos y otros pensamientos acabo el rodaje con una magnifica sensación de plenitud.

Por la tarde nos dirigiamos a misa toda la familia cuando mi hijo pequeño me pregunta (probablemente repitiendo algo que ha escuchado en el colegio): Papa, ¿por qué rezar es lo más importante?. Obligado a contestar utilizo una formula estandar casi de catecismo mientras tengo una sensación de incredulidad similar a la del San Manuel Bueno Martir de Unamuno.

La misa discurre con normalidad mientras mi mente vaga sin centrarme demasiado en sus contenidos. Una vez finalizado el sermón, el sacerdote indica que es el día del seminario y que un seminarista nos iba a explicar su experiencia.

Un muy joven seminarista comenzo a narrar su historia con una sincera ingenuidad y mientras contaba sus visicitudes con la fe concluyo diciendo, "Al final descubrí que yo quería ser sacerdote no por una ideología ni por un conjunto de reglas morales sino por seguir a una persona, el hijo de Dios, que había dado su vida por nosotros". Esta frase surgio como la respuesta que esta mañana buscaba mientras corría.

Esta vivencia quiza poco tiene que ver con el running, pero sin duda corresponde a la esfera de los pensamientos intimos mientras corremos que tan maravillosamente recoge la frase "Correr nos hace libres".

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