A escasos 40 km de Santiago de Compostela me encontre una pintada en el suelo (junto con la omnipresente flecha amarilla del camino) que ponia exactamente eso: "Why walk when u can run!".
Probablemente la pintada, como otras muchas, pasa inadvertida a la mayoría de los peregrinos pero no a los que nos gusta correr.
Esta segunda vez que he recorrido el camino (aunque sean los 110 km finales tan solo esta vez) y como en la primera ha resultado una experiencia única y muy especial. El hacerlo caminando y no en bicicleta me ha proporcionado sensaciones y experiencias diferentes aunque cercanas a la primera ocasión.
Entre ellas recuerdo la sensación de tranquilidad y placer que sentí al caminar en soledad y abstraerme de todo mientras mis musculos trabajaban caminando sobrellevando el peso de la mochila.
Es la sensación que mucha gente busca en el camino, encontrarse con uno mismo (incluso con nuestros demonios), el tiempo para la reflexión o simplemente la tranquilidad con uno mismo. Me dí cuenta que esta sensación no era nueva para mí, la conocía aunque tenía formas diferentes. No tarde en reconocerla, es la misma sensación cuando ruedas a un ritmo tranquilo pero exigente, es la misma tranquilidad, es la misma lucidez imposible de reproducir, es la misma felicidad paciente...
Entre otras cosas mis kilometros hacía Santiago me han descubierto lo importante que es correr en mi equilibrio personal ese inestable equilibrio entre nuestros diferentes yoes. Y como preparando un maratón te das cuenta de que es el camino/la preparación lo que disfrutas y la carrera es sólo la guinda, el fin del trabajo bien hecho: el camino es la meta.
Como digo, con esta y otras muchas reflexiones me he venido de Santiago hace ya casí un mes, desafortunadamente junto con ellas me traje una fascitis plantar que me ha tenido arrancando y parando mis entrenamientos hasta que esta semana he empezado, sin eliminar mis dolores, el plan de entrenamiento que espero que me lleve a mi maratón de otoño. Maratón, que muy probablemente no pueda ser NY como tenía previsto (y reservado) pero... qué importa!... el camino es la meta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario