Un maratón siempre es duro, si le añadimos un recorrido como el de Madrid más y si a esto le añadimos un diluvio queda poco espacio para los “corredores de postureo”.
Maratón número 27. Dos meses después de Tokio mi único
objetivo real era acabarlo bien, y he decir que he cumplido el objetivo.
El sábado me acerque a la feria del corredor junto con mi hermano Jorge (que se estrenó en la distancia), afortunadamente lo hicimos pronto porque luego la cola para entrar en el pabellón era increíble y un claro fallo de organización. La feria este año me ha gustado mucho más que otros, espaciosa con bastantes y variados stands. Además de los geles de rigor, acabo cayendo una traducción al castellano de la tercera edición de “La Fórmula Daniels para Corredores”. Tengo la segunda edición en inglés y me parece un gran libro para preparar los entrenamientos.
El sábado los partes meteorológicos ya apuntaban algo de
lluvia pero no parecía de mucha intensidad.
El domingo por la mañana amaneció lloviendo a mares. Rutina premaratón y en taxi hasta el hotel donde se hospedaba mi hermano para ir hacía el Retiro donde estaban los guardarropas. Al salir de casa lloviendo sin parar me planteo si de verdad tengo necesidad… sacudo la cabeza y a por ello.
Tras dejar las bolsas en el ropero, hacía la Bolsa de Madrid
donde se habían quedado los Tapieros para hacer la foto de rigor. La lluvia iba
y venía.
Hablo con Luismi y como la idea parece la misma (salir hacía
3:30 y ver cómo va el cuerpo) quedamos en intentarlo juntos. El sale del primer
cajón por lo que quedamos en que iría por el lado derecho hasta que lo
alcanzase.
Salida con un poco de llovizna, y Castellana arriba… Mi
estrategia general era no cebarme hasta el kilómetro 7 desde allí tratar de
llegar a una media maratón en 1:42 para tratar de llegar al final en el entorno
de las 3:30.
Tardo en alcanzar a Luismi, las piernas están frías, pero en
el kilómetro 3 lo alcanzo. En el kilómetro
5, primer punto de animación familiar.
Llegamos al kilómetro 8 en 40’ justos lo que está muy en
línea con la estrategia prevista. Nos pasa el globo de 3:30 al que tendremos a
la vista durante bastantes kilómetros. Las sensaciones son entremezcladas, por
un lado las piernas no están finas pero por el otro noto las pulsaciones bajas.
La lluvia vuelve a aparecer, de momento basta con esquivar algún charco.
Los kilómetros avanzan a buen ritmo, pero controlando no
cometer excesos que se paguen al final. Hacía el kilómetro 15 cae un fuerte
chubasco y ya anuncia lo que va a venir.
Como siempre recorrido estupendo con zonas preciosas como la
que va desde Callao hasta el Palacio Real, pasando por la Puerta del Sol y la
Calle Mayor. Repleta esta zona de gente que te lleva en volandas con sus ánimos.
Paso por la Media Maratón en 1:44, me faltan dos minutos. Ya
soy consciente que no tiene sentido pelear por el 3:30 por lo que me dejo
llevar por mi ritmo y trato de seguir constante. A partir de ese momento la
lluvia arrecia y a tramos con el viento las piernas se enfrían y se hace duro.
Rosales, Príncipe Pio, Casa de Campo… se notan los kilómetros
pero las sensaciones no son malas. Agua y más agua. Al salir a la avenida de
Portugal el agua arrolla y ya es imposible no llevar permanentemente
encharcadas las zapatillas. En la zona
previa al Calderón, y zona de sufrimiento todos los años, me siento bien a
pesar de la incesante lluvia tratando de seguir a Luismi, que al llegar al
puente del Calderón me dice que tienen molestias ye que siga yo.
En estos 10 últimos kilómetros la lluvia cae con mucha
intensidad y soy consciente de que bajo ligeramente el rimo pero mis
sensaciones siguen siendo correctas. Aprieto y sigo hacía adelante, pasando
poco a poco bastantes corredores. Sufro y me empapo, me empapo y sufro por el
paseo de las Acacias y la Ronda de Atocha hasta llegar al 38 donde ya veo que
apunto hacía el 3:35, aunque lo que me apetece es acabar para dejar de mojarme.
A partir de ese momento, me siento contento, el cuerpo sufre
pero me siento bien y a pesar de que no para de arrollar agua por todos los
lados cuando llego a Principe de Vergara se me pone una sonrisa de tonto en la
cara. El Retiro y a disfrutar de finalizar una dura maratón en 3:33:57.
Tras reunirme con Pilar y todo el equipo de animación (vaya merito con la que caía) veo llegar a mi hermano que se estrena en la distancia por la puerta grande con un sufrido 4:40.
Ahora a descansar y plantearse próximos retos.
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