martes, mayo 08, 2012

100 km Intermon Trailwalker

El sábado fue un día que probablemente recordaré mucho tiempo.
Como ya os había contado en algunos post anteriores este sábado ponía el punto final a la temporada de primavera participando en una prueba de 100 km con fines benéficos.
La idea de participar, que había surgido en octubre, nos había llevado a formar dos grupos entre los GOs bajo el nombre de Els Mussols. Aunque lejano en un principio, este reto no sólo físico sino de lograr recaudar el dinero necesario para la donación a Intermon (al final hemos recaudado más de 1500 euros y se puede seguir donando hasta final de mes) ha ido tomando forma poco a poco entre las preparaciones de las maratones de primavera para convertirse en casi en una obsesión.
Así el sábado por la mañana, apenas habiendo dormido la noche anterior por los nervios, mientras esperaba en la puerta de mi casa que el resto del equipo pasará a buscarme con la furgoneta que habíamos alquilado me preguntaba si realmente estaba preparado para afrontar una prueba como esta.
Ya en Olot, nos registramos, e iniciamos las sesiones de fotos (incluso con pancarta preparada por Eduard) para iniciar el reto junto con otros 288 equipos (1152 personas!!!). Salida y allá vamos.
Como habíamos acordado el ritmo objetivo era correr 45’ a 6’30’’/km y andar 15’ a unos 9-10’/km. Pronto se diferencia dos grandes grupos de participantes; los que vamos a correr y los que la piensan hacer andando.
Los primeros kilómetros fueros pasando frescos, y contemplando los extraordinarios paisajes de la Garrotxa, con nuestro equipo de soporte maravillosamente capitaneado por Enric y Eduard esperándonos en los diferentes pasos. Así confiados en nosotros mismos llegamos a Amer (Km. 30) donde hacemos la primera parada a comer (además de la infinidad de barritas que íbamos consumiendo por el camino).
Sólo 8 km después, un nuevo control en Angles donde apenas paramos salvo el tiempo para que a Rafa le hagan una entrevista en TV3.
Por delante 17 kilómetros y las horas de más sol del día para llegar Girona donde habíamos planificado una merienda cena. Los primeros 45’ corriendo se hacen muy duros por las altas temperaturas y empiezan los primeros problemas musculares. Todos un poco tocados pero quizá Ferran y José son los que sufren más rampas. Decidimos alargar la etapa andando esperando que se recuperen.
Km.50. Son momentos duros física y psicológicamente. Nos quedamos sin agua (gracias al público que animaba y nos ofrecía agua) y empezamos a dudar de si llegaremos todos y si seremos capaces de volver a correr.
Pasamos por Salt y vivimos escenas que parecen sacadas de cualquier país africano: sol de justicia, campos mal arados con niños de color jugando con muñecos rotos mientras sus padres trabajan la tierra muy artesanalmente  o rezan en dirección  a la Meca.
A dos kilómetros de Girona llega Enric corriendo, y nos trae un poco de agua. A pesar de todo nuestro ritmo andando ha sido vivo y no hemos perdido más de 10 minutos respecto a nuestros planes. Los ánimos nos hacen ponernos nuevamente a correr y llegar a Girona donde cenamos.

Los Mussols en formación

El pequeño descanso, la alimentación y sobre todo paliar la falta de líquido provoco el milagro de la recuperación y todos nos volvimos a encontrar con capacidad de correr. No obstante, para asegurar que pudiéramos llegar todos decidimos pasar a correr 15’ y andar 15’ (sabia decisión).
Atravesamos Girona por el centro de la ciudad corriendo entre aplausos y ánimos de la gente (realmente emocionante) y esta fue la última vez que tuvimos conciencia de gente ya que la carrera hacía tiempo que estaba partida y habíamos quedado en terreno de nadie.
El siguiente punto era Cassa, kilometro 70, y hasta allí llegamos empujados por la bajada de la temperatura y por las fuerza recobradas. Allí nos esperaba además de nuestros incansables soportes otros amigos Gos que subieron a vernos. Nos dicen que nuestras caras son otras, que nos hemos recuperado.
A partir de este momento y hasta el final (ya de noche con nuestros frontales) mantuvimos con entereza el ritmo. Sólo había que seguir y no había nada que cuestionarse. Encontramos nuestro “flow” aunque seamos incapaces de recordar todo lo que hicimos o vimos.
Llagostera (km.81) donde hacemos una breve parada a tomar algo de caldo (después del calor pasado ha llegado el frio) y curar ampollas (aquí estaba el bueno de Victor que había subido a animarnos) y adelante. Sant Cristina (km.91) último punto de control donde nos pasan 2 equipos mientras nos cambiamos y nos volvemos a poner nuestra camiseta azul para poder entrar todos juntos uniformados.
Los últimos 9 kilómetros los hacemos llevados más por la confianza de que ya llegamos que por nuestras fuerzas. Adelantamos a los dos equipos que nos habían superado en Santa Cristina y a un tercero.

Entramos en Sant Feliu y nuestra euforia crece al encontrarnos a Enric y Eduard que se han cambiado para correr con nosotros los últimos kilómetros. La euforia nos hace llevar nuestro ritmo cerca de los 6’/km. Intuimos en medio de la noche el puerto donde está la meta casi desierta a esas horas de la madrugada.
Nos ponemos todos en fila para entrar juntos. Son las 2:28 de la mañana. Nuestro tiempo final 15h28’12’’ y 15ª posición!!!!.

Llegando!!!!


Emoción indescriptible, medalla, fotos y algunos mareos por el esfuerzo. Un cerveza para celebrarlo y en plena madrugada de vuelta hacía casa.
Han pasado los días y lo más importante por encima del reto superado es la extraordinaria cohesión y compañerismo del grupo (corredores y apoyo). Nunca pensamos en nada que no fuera hacerlo juntos (de hecho corrimos en grupo los 100km) con total respeto al que se encontraba peor en cada momento y con el único objetivo de disfrutarlo. Cuando el cansancio llega a los límites que vives en una prueba así no hay barreras al comportamiento y nada se puede ocultar (como pudimos ver en otros equipos). Y personalmente creo que fue esa actitud la que nos llevo a recuperarnos del bache y alcanzar la meta con éxito y exitosamente.
Desde el punto de vista físico, muscularmente llegas mejor que tras disputar una maratón pero el cansancio es el verdadero enemigo.




Mi Forerunner 610 no tenía bateria suficiente por lo que tome el reorrido con mi etrex. El tiempo total fue de 15h28'12'' de los cuales en movimiento fueron 13h33'.

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