Y aunque había estado previamente en EEUU, esta ha sido una estancia realmente única (quiza por su duración y el volver a la universidad de nuevo): mucho trabajo, mucha gente nueva y nuevas experiencias.
De entre las muchas cosas interesantes alguna de las relacionadas con el running han sido curiosas. Curioso era ver como en una ciudad (Atlanta) donde nadie camina, de hecho hay muchas zonas en las que no existen ni aceras, y hay que ir en coche a todos los lados te encuentras los parques llenos (y no es una exageración) de gentre corriendo a las 6:00 AM con un frio considerable.
He disfrutado enormemente de mis salidas matinales a correr (a veces solo otras acompañado por compañeros del curso) por Piedmond Park. Un precioso y enorme parque, plagado de ardillas, con unas hermosas vistas del skyline de la ciudad mientras amanece y como decía antes lleno de grupos de corredores de todos los niveles (y tamaños) con sus entrenadores.
Uno de los objetivos de mi viaje, y para combartir la pena de no poder correr NY, era tratar de correr alguna carrera en Atlanta. Y así fue, el sábado previo a la Maratón de NY y el único día libre que tuve en el curso nos inscribimos en una carrera de 10 km con fines beneficos STRONG LEGS.
Toda una experiencia: llegamos a las 7:30 teniendo salida a las 8:00 desde el estadio de los Atlanta Braves al lado del parque olimpico. Mucha gente y sin embargo no hay donde dejar la ropa (todo el mundo viene en coche...no lo necesitan) y aunque con un frio considerable (0ºC) es una contrariedad por lo que me tocará correr con una bolsa a mis espaldas.
Quince minutos antes de comenzar unos entrenadores personales con la ayuda de microfonos nos guian en el calentamiento al ritmo de la música. Resulta muy americano pero no deja de ser útil. Conversando con un corredor me dice que es una carrera rápida.
Salimos, y aunque el cuerpo aun acusa el jet lag, me animo tirar y para mi sorpresa veo como a pesar de que somos muchos (unos 400) la cabeza de carrera no sale ni muy lejos ni muy rápido. Pronto veo que el concepto de carrera rápida no coincide con el mio y pronto las infinitas cuestas de Atlanta sacuden el recorrido. Me planteo hacer una carrera a ritmo y disfrutar de la experiencia por el downtown. Grandes constrastes: zonas llenas de homeless, los grandes hoteles, la casa de gobernador... Hago la carrera casi siempre en solitario aunque manteniendo contacto visual con otros corredores.
Llego, tras pasar nuevamente por el pebetero olimpico, y poso para los fotografos con los brazos en alto celebrando el haber podido disfrutar de los que me gusta correr en circunstancias nuevas para mí. Al final 45'22'' que visto la dureza del recorrido no esta nada mal (de hecho quedo el 31 y 6ª de mi categoría). Pequeños regalos al llegar y un desayuno. Lo dicho una experiencia muy bonita.
Llegando con los brazos en alto disfrutando
Detalle del Recorrido
Además de esta gran experiencia me he traido de EEUU dos pares de zapatillas a un excelente precio:
Unas Mizuno Wave Rider 13, un clásico. De hecho con las 11 corrí el maratón de Berlín
La Sorpresa, una Saucony Kinvara. Aunque parece una zapatilla voladora forma parte de esta nueva moda de zapatillas minimalistas (barefoot running) que sin embargo según dicen tienen la amortiguación suficiente, para corredores poco pesados, como para incluso correr un maratón sin problemas. Ya os contaré.
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