sábado, febrero 28, 2009

La delgada línea entre el hobby y la obsesión

Mañana, si Dios quiere, correré mi séptima maratón. Dejando de lado los aspectos deportivos un maratón es para mí algo muy especial, y sobre ello reflexionaba esta mañana.

La mente lleva toda la semana distraida y ha resultado dificil centrarse en el trabajo aunque aparentemente nada había en mi mente, esta ya estaba en la salida de mañana. Conforme se ha ido acercando el día los nervios se han ido apoderando de mí y me ha costado dormir por las noches. Y ayer cuando fui a buscar el dorsal en el estomago empezaron a revolotear mariposas.

Hoy llevo todo el día con la rutina premaratón: pasta, 3 litros de agua, descanso...

Esto es una locura, pero que bonita.

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